El 5 de febrero de 1597, veintiséis personas fueron crucificados en la colina de Nishizaka, en la ciudad de Nagasaki. Entre los mártires estaban 6 misioneros católicos y 20 católicos japoneses. Este fué el primer mártir de la historia japonesa.

 

Toyotomi Hideyoshi fué el Gobernador nacional de Japón que decidió arrestar y matar a los cristianos. En los días 9 y 10 de diciembre de 1596, veinticuatro cristianos fueron arrestados y encarcelados. Entre los peores castigos que tuvieron que soportar, estubo el haber sido sometidos a que les cortásen la oreja izquierda, y caminaran con las manos atadas durante largas distancias.

 

El 10 de enero de 1597, el camino de Osaka a Nagasaki se hizo tortuoso. Francisco y Pedro Sukejiroo, dos seguidores que se hicieron cargo de los mártires se unieron a la situación, contando al final con 26 personas.

 

Los 26 mártires caminaron 620 millas (1.000 kilómetros) más de un mes. Salieron de Sakai y se fueron a Osaka, Hyougo, Akashi, Himeji, Akah, Okayama, Omichi, Mihara, Shimonoseki. Todos ellos viajaron en barco desde Shimonoseki Okura hasta Hakata, Karatsu y Sonogi. Más tarde viajaron a Sonogi Tokitsu y caminaron a Nagasaki.

 

Creo que en la marcha a Nagasaki, ellos fueron sembrando las semillas del evangelio. Pablo Miki, un sacerdote de 33 años procuró expandir el evangelio a lo largo de todo el viaje.

 

Entre los 26 mártires habian tres niños - Luis Ibaraki que tenía 12 años, Antonio de 13 años y Thomas Kozaki de 14 años. Su líder era el padre Pedro Batista, de 48 años, un misionero español.

 

Ellos murieron como mártires con alegría! Volviendo al cielo, llevando la cruz de los mártires.

Más de 400 años han pasado desde que el primer mártir ocurrió en Japón. El 5 de febrero de 1997, al encontrarme en la colina de Nishizaka me sentí muy feliz, pues me encontraba en el lugar donde había ocurrido la primera ejecución, en el aniversario 400 de aquellas muertes.

 

Fué y sigue siendo, muy difícil para mí expresar lo que sentía. Me sorprendide estar ahí. Yo no sentía dolor ni agonía, sino que mi mente estaba en paz. Pensé en los 26 mártires y leí el versículo en Marcos 8:34: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame."

 

Tomando su cruz y seguir a Jesús, los originales 26 mártires obedientemente vivieron dedicados a Jesús, dando un ejemplo para uno de nosotros los cristianos y las generaciones venideras.